PERTENECER
Hay personas llenas de paz, con espíritu tan sabio, que llegan a comprender lo esencial de la vida sin necesidad de recorrer cientos de caminos o descubrir nuevas realidades.
Ellos simplemente ya están ahi, en su hogar, sienten latir sus raíces bajo los pies descalzos.
Sus ojos no buscan otros paisajes, porque saben mirar la perfección del suyo.
Su memoria atesora cada árbol de las veredas, reconoce cada casa, cada estrella.
Su huella ya nunca podrá borrarse, ni el paso del tiempo podrá moverla. Ella se ha grabado como brasa ardiente en las entrañas de su tierra.
Qué importa que en un par de años nadie sepa de su existencia, qué importa si su nombre no traspasa las barreras.
Simplemente ha disfrutado del gozo de pertenecer a su tierra.
Aut: Lucrecia Pedernera Bartolucci
MEMORIAS DE UN VIAJE
Tantas horas de viaje, infinidad de maletas, cientos de terminales, un que otro puerto.
Trenes descoloridos que caminan lento, trenes veloces que desafían al viento.
Interminables carreteras silenciosas dentro de autobuses hacinados y pestilentes.
Vuelos calmos como cometas que planean suavemente; vuelos tormentosos y arremolinados luchando incansablemente.
Butacas raídas, estrechas, de piedra, de madera, de algodón. Butacas llenas, butacas vacías...
Mil paisajes irreconocibles, irnolvidables, innombrables. Colores, olores y formas. Aridez, verdor, cielos interminables. Ríos, mares, simples charcos...
Amaneceres soñolientos, atardeceres melancólicos, meditabundos...
Viajar, viajar, viajar.
Giran las agujas del reloj enloquecidas. Uno, dos, veinte, cien...
Correr, correr, correr.
Adrenalina de perder. Cansancio de cargar. Hartazgo de esperar. Ansias de regresar.
Aut: Lucrecia Pedernera Bartolucci
MÁS O MENOS POTOSÍ
Cien casas de tierra y paja. Paisajes ocres, rojos, amarillos. Tortuosas calles que serpentean, empedradas y silenciosas, tejiéndose como la trama de una telaraña.
Peligroso laberinto urbano, cóctel de peatones y envejecidos autos.
Campanas, mil campanas repican al unísono, testimonio cantor de la religión impuesta.
La tierra late y ruge desde lo alto del Cerro Rico, y sus entrañas ultrajadas ya no paren ríos de plata, pero se abre maternal para recibir a los hijos de la Pachamama, los cobija, los acuna y los devuelve a la realidad usurpada, escondida hace 500 años en el centro de la montaña.
Es allí donde el pasado se reaviva, y la naturaleza se venera, la palabra raza desaparece y los gritos de antepasados que flotan en el viento exterior, se vuelven cantos de alabanza y paz.
He caminado el mercado central, envuelta en mil olores dulces, agrios, tentadores. Coloridas frutas conformando los mas bellos cuadros.
Caminan a paso lento en la ciudad de plata y barro, caminan lento hombres, bestias y relojes. Respiran pausadamente, disfrutando de ese aire casi nube. Hablan pausadamente, mascando la hoja sagrada.
Espié por puertas inexistentes en las casas de tierra y paja, y vi niños soñar siestas bajo el ardiente sol en patios polvorientos. Y también vi mujeres trabajar a la par del hombre, en comunión silenciosa.
Descubrí una ciudad que antaño fue puro esplendor, y que hoy es pobre para unos cuantos capitalistas, pero rica en miradas puras, en sonrisas dulces, en cultura reivindicada.
Y fui feliz en Potosí.
Aut: Lucrecia Pedernera Bartolucci
AMERICANITA
Yo soy americana, I´m american, Io sono americana, Je sui americane...
Mil idiomas, una simple respuesta para la misma pregunta: De dónde sos? Where are you from? Di dove sei?
Y para ser mas precisa, con una sonrisa amplia, aclaro: si, de Argentina.
Es ahi, justo ahi, cuando pronuncio esa palabra, “Argentina”, no importa si la diga rápido o lento, con acento o a lo criollo, si la pronuncie con “g” o con “y”, siempre obtengo el mismo resultado: ojos bien abiertos, sonrisa y un interminable: aaaaah, “latino”americana, sudamericana...”Sudaca”=exótica=ignorante
Miradas de compasión, miradas de desconfianza, miradas de extrañeza.
Vuelvo a arremeter: “No, americana. Yo, americana.”
Soy de esa América que anteriormente fue “Las Indias”, que fue el paraíso, la tierra prometida. Soy de esta América, de grandes culturas ricas en sabiduría, en valentía, en respeto. Culturas diezmadas por incivilizados hombres del medioevo, de mentes involucionadas. Soy de esa América que engrosó las arcas de las patrias de aquellos que hoy me miran por encima del hombro.
Soy de una América sin límites ni divisiones, que no conoce ni sur ni norte. Soy de una América de gigantes cordilleras y mares cristalinos, de cabeza y pies de hielo, y corazón de selva.
Si señores, ser americano no es un derecho solo del Norte, ser americano es ser canadiense, jamaiquino, panameño, ecuatoriano...
Los límites son líneas imaginarias que los “civilizados” imponemos para repartirnos una tierra que no nos pertenece, y que espera, silenciosa, que despertemos.
Yo soy americana, I´m american, Io sono americana, je sui americane...
Aut: Lucrecia Pedernera Bartolucci
ROMA
Callejuelas empedradas me cuentan sus secretos.
Callejuelas infinitas...
Mis ojos se abren y ven...
sin aliento...
mi pequeñez aflora...
historia desbordante...
locura irrefrenable...
incontenibles deseos de gritar...
el tiempo es un enemigo derrotado en estas tierras, tierras imperiales, eternidad pura...
nos miramos ella y yo...
nos encontramos...
nos sonreimos...
la recorro con mis manos, suave...
la huelo, y su aroma es un olor dulzón inolvidable...
me enamoro de cada espacio que la conforma.
Perfecta...
Mia...de nadie...de todos...
Pasado... presente... pasado... futuro... pasado...
Nos encontramos...
nos reconocemos...
es como la soñé...y un poco mas
música calma...
música propia, que emerge de sus entrañas.
Seguirás allí, grandiosa, imponente, mágica...
seguiré aquí, deseándote, buscándote, recordándote...
Espérame
Aut: Lucrecia Pedernera Bartolucci
BISABUELA
(homenaje a los inmigrantes que como ella nunca olvidaron su tierra)
Vagando de estación en estación te fui buscando.
Quería llegar a ella.
Quería llevartela de vuelta solo por un instante.
Paisajes diversos, coloridos, lugares remotos, fueron enmarcando el recorrido.
Pueblos sin nombre en mi memoria, pueblos reales e imaginarios.
Pueblos que ella no olvidaría.
Paisajes que viajaron en su maleta, y cruzaron el océano para instalarse en su baúl
de recuerdos.
Un mar azul profundo, como el color de su alma,
que se mostraba de a ratos, y de a ratos se escondía.
Un mar que ella jamás olvidaría.
El altoparlante anunció el destino buscado, y el corazón palpitó con fuerza, y supe que era
ella que expresaba su alegría.
Mis ojos se hicieron suyos.
Aunque habías cambiado, ella aún te reconocía, aún te sentía propio.
Me recibieron rostros extraños felices de verme, palabras extrañas felices de hablarme,
como viendola, como hablándole a través de mi.
Sensaciones inexplicables hacían arder la sangre en mis venas.
Llegué al lugar tan esperado, aquella casa vieja, desgastada, descolorida,
se erguía ante mi,
simple, silenciosa.
Lagrimas brotaron de mis ojos, y supe que era ella.
Finalmente estaba ahi, volvía a casa a través de mi.
Abrazaba a su familia con mis brazos. A mi familia.
Ese lugar sagrado y humilde, era mi raíz. Mis pies sentían aquel suelo como propio.
Sin haber visto nunca su sonrisa tierna, sin haberla conocido,
ella siempre estuvo en los ojos de mi abuelo, haciendome guiños, cuidándome.
Y esa tarde de agosto italiano, frente a aquella casa, en aquel remoto pueblo,
ella encontró la paz, lo habíamos logrado: juntas, habíamos vuelto.
Aut: Lucrecia Pedernera Bartolucci
(*Cada una de las fotografías que acompañan esta publicación pertenecen a la Autora Lucrecia Pedernera Bartolucci, y fueron publicadas en el orden y diseño establecido por la misma. Para conseguir los formatos originales, contactarse con la Autora vía E-mail.)
Nota de CG!: Lucrecia, crease o no, ha sido nuestra fiel seguidora desde los comienzos de “Cerveza Gratis!”. Días aquellos en dónde sólo existía el encabezado a una revista utópica que pretendía introducirse a lo cotidiano del urbano mundo adolescente. Todo contacto con nuestro primer público, tenía su origen a partir de sucesivas y esperanzadas cadenas de correos electrónicos. Dentro de éstas primeras listas de mails robados al azar apareció el interés de Lucrecia en nosotros.
Hoy aquí, hemos conseguido recopilar su primer material exclusivo para CG!, tras reiterados intentos fallidos y mails olvidados. La autora nos invita a encontramos con este Diario de Viaje, de poesía espontánea, escabrosa y tosca en pleno nacimiento literario. Salud!
Contacto con la Autora: lupuntana@hotmail.com
Preciosas cada una de tus palabras, se puede sentir que nacen con mucha fuerza de tu corazon, con cientos de emociones que no se callan.
ResponderEliminarSos un ser MUY ESPECIAL, dificil de encontrar en los tiempos que corren. De una SENSIBILIDAD INCREIBLE que te diferencia del resto y hace que salgan estas hermosas PRODUCCIONES LITERARIAS.
Felicitaciones Lu!!!
Me ha gustado mucho sobre todo la de "Roma". Megustaría mucho saber expresarme como lo haces tú, supongo que es un don que no se le concede a todo el mundo jaja. Ánimo y sigue escribiendo y regalandonos tu talento.
ResponderEliminarA Leti: gracias por demostrarme siempre cuanto me querés.
ResponderEliminarA Ábaco: gracias por tan lindas palabras, estoy mas que agradecida de ellas, y espero poder seguir compartiendo el disfrute del arte con gente como vos!
Muy bonito!
ResponderEliminarY muy especial para los que, mochis al hombro, han y hemos pasado por algunas experiencias similares! Seguí adelante!
Muchas gracias Lale por tu cálido comentario! Seguiremos recorriendo nuestro territorio que es tan rico en cultura. Un beso!
ResponderEliminarTE FELICITO LUCRE HERMOSO TRABAJO! SOS UNA GENIA Y SE QUE VAS A SER MUY EXITOSA YA LO SOS PARA NUESTRO PUEBLO, UN BESO GRANDE.. EXITOS
ResponderEliminarStefan Ismael Succotti Pedrueza